El derecho al hábeas data en Colombia ha recorrido un largo camino. Lo que comenzó en los años noventa como la necesidad de proteger a los ciudadanos frente a registros inexactos en bases de datos financieras, hoy se ha convertido en el gran debate sobre los límites de la inteligencia artificial (IA) y el tratamiento de datos sensibles.
Los orígenes: el derecho al olvido

En la Sentencia T-414 de 1992, la Corte Constitucional reconoció el hábeas data como un derecho fundamental autónomo. Allí se estableció que las personas pueden conocer, actualizar, rectificar y suprimir su información personal en bases de datos, tanto públicas como privadas.
Este fallo introdujo un principio crucial: el derecho al olvido. Ningún dato debe mantenerse indefinidamente si ya perdió relevancia jurídica o vigencia.
La transición digital y nuevos riesgos

Con el auge de internet y las bases de datos en línea, la jurisprudencia empezó a enfrentar nuevos desafíos. En la Sentencia T-729 de 2002, la Corte advirtió que publicar en internet datos personales (como información catastral o de salud) sin controles adecuados ponía en riesgo derechos como la intimidad, la seguridad personal y la vida.
Años más tarde, en decisiones como la C-881 de 2014 y la C-378 de 2020, la Corte reforzó la obligación de proteger la intimidad y anonimizar datos judiciales, reconociendo que la publicidad no es absoluta: debe equilibrarse con los derechos de los titulares de la información.
El salto hacia la IA

La irrupción de la inteligencia artificial abrió un nuevo capítulo. En la SU-371 de 2021 y la T-398 de 2023, la Corte alertó sobre los riesgos de usar tecnologías no especializadas que pueden producir errores o exponer información sensible.
Finalmente, en la T-323 de 2024, la Corte enfrentó un caso histórico: un juez de segunda instancia incluyó respuestas de ChatGPT en su sentencia. Aunque la Corte avaló su uso como apoyo complementario, dejó claro que la IA nunca puede sustituir al juez humano.
La Corte fijó varios principios para el uso de IA en justicia y tratamiento de datos:
- Complementariedad: la IA solo apoya, nunca decide.
- Transparencia: el juez debe informar cuándo la usa.
- Proporcionalidad: solo puede intervenir en lo estrictamente necesario.
- Temporalidad: los datos usados deben ser actuales, pertinentes y con vigencia jurídica.
¿Qué significa este recorrido?
La evolución del hábeas data en Colombia muestra una línea coherente: desde proteger a un ciudadano frente a un banco en 1992, hasta regular el impacto de la inteligencia artificial en 2024. La regla es clara: la dignidad humana y el control de los datos siempre están por encima de la tecnología.

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